Su rostro refleja paz, tranquilidad. De hablar pausado, sutil, la hermana Alexandra Marcillo lleva 40 años como religiosa y su afición por Barcelona SC nació mucho antes. Ella conjuga su fe con el gusto por el fútbol y, particularmente, por el equipo guayaquileño.
Es rectora de la Unidad Educativa San Antonio de Padua, en Pomasqui, y allí conversó sobre cómo combina su labor como monja, la docencia que ejerce hace 35 años y el amor por Barcelona SC, club guayaquileño que cumplirá 100 años de vida institucional el próximo 1 de mayo.
En su escritorio se aprecian varios artículos del equipo amarillo, desde balones de peluche, fotos, calcomanías, jarros y un niño Jesús con la camiseta del Ídolo del Astillero al que lo viste para “darle suerte al equipo” cuando juega.
Sorprendente